AUTOMÓVIL: PASADO, PRESENTE Y FUTURO (PARA RAÚL FLAKILLO)
Desde hace ya tiempo, le debo a Raúl Flakillo esta entrada como premio a su respuesta en el Macro 10. Más vale tarde que nunca, así que, a continuación, os dejo una breve historia del automóvil.
PASADO
La idea del automóvil desde un concepto básico lleva circulando por la historia de la humanidad desde el siglo XIII en que Roger Bacon reconocía la posibilidad de construir algo ni remotamente parecido a lo que hoy entendemos por automóvil. Cómo no, Da Vinci también planteó un vehículo que se moviese solo, que por cierto fue construido y testado en 2004. Podríamos decir que Sir Isaac Newton ideó el primer vehículo de motor a reacción allá por el siglo XVII, aunque todo el mundo conoce como el inventor del automóvil a Henry Ford.
No nos adelantemos, ya que existen muchas más ideas anteriores a lo que conocemos por "primer coche", nacido en plena Revolución Industrial.
Nicholas Joseph Cugnot propuso otro modelo a vapor que tampoco resultó ser demasiado práctico, expuesto hoy en el Museo Nacional de la Técnica de París (siglo XVIII). Sin embargo quien logró algo de éxito con el modelo a vapor fue Gualterio Hancock, ya en el siglo XIX. Pero los modelos a vapor planteaban muchos problemas, y con el tiempo surgieron los vehículos con motores de combustión interna. Fue Siegfried Marcus quien construyó el primer motor de este tipo.

Benz & Company fue la primera compañía en construir motores de 4 tiempos, y a partir de este punto comienza la revolución automovilística. Y a partir de aquí, Henry Ford, construyendo su primer coche en 1893, y secundándole Renault, Opel y Fiat.
Se supone que la historia del automóvil comienza con la revolución industrial, y de hecho es la historia que todos conocemos. No obstante, no hace falta indagar mucho para llegar a conocer todos estos aspectos que he mencionado hasta este punto. Omitiré pues, la archiconocida historia desde Ford a nuestros días...
PRESENTE
Hoy día los coches están en pleno apogeo evolutivo. En la última década, hemos ganado en seguridad y confort. La máquina hace gran parte del trabajo. Nos hemos acomodado a esta situación hasta tal punto que pocos conciben la compra de un vehículo nuevo sin dirección asistida, elevalunas eléctricos, abs, airbag, cierre centralizado, aire acondicionado, radio-cd (mejor si es adaptador de mp3...); por no hablar de la velocidad de crucero, el sensor de luz y el de lluvia. Todavía podemos hacerlo más cómodo: navegador GPS para ahorrarnos el copiloto con el mapa.

Algunas marcas se están planteando con más seriedad el tema de la contaminación, traducida en emisiones de CO2, y trabajan a fondo en reducir en la medida de lo posible el volumen de dichas emisiones. No hace mucho que salieron los primeros modelos de coches con motores híbridos, es decir, que combinan el combustible petrolífero con mecanismos eléctricos, lo que ayuda, además, a reducir considerablemente el consumo.
FUTURO
Los combustibles ecológicos basados en cereales hoy día comienzan a tenerse más en cuenta. Sin embargo, como todas las buenas ideas se acaban corrompiendo, esto se está traduciendo ya hoy en el incremento del coste de la materia prima, hasta el punto de que el arroz se está encareciendo de manera excesiva, repercutiendo negativamente en la economía de ciertos países a los que, simplemente el consumo de estos productos para la alimentacion, les está resultando bastante complicado.
No sabemos lo que nos espera en el terreno automovilístico, pero sobre todo las películas futuristas nos aportan conceptos revolucionarios en los que los prototipos se moverán mediante pilotos automáticos, totalmente eléctricos, sin uso de combustible y con capacidad de desplazamiento vertical a lo largo de raíles específicamente diseñados para tal fin (por ejemplo en Minority Report).

Aparte de la ficción, el visionario Pinifarina (sólo por poner un ejemplo) le ha estado dando vueltas a la idea de los coches "comunicantes", que podría acabar con los semáforos, puesto que la idea consiste en un sistema que regularía el tráfico en función del volumen de automóviles que estén en ese momento en el asfalto, y la dirección que estos sigan.
¿Qué sucederá realmente? ¿Ecologizaremos el uso de nuestros medios de transporte? ¿Conseguiremos aliviar el tráfico de alguna manera? ¿Y la gestión de los aparcamientos? ¿Tendremos, como algunos predicen, el coche aparcado en nuestra terraza del piso 52?
PASADO
La idea del automóvil desde un concepto básico lleva circulando por la historia de la humanidad desde el siglo XIII en que Roger Bacon reconocía la posibilidad de construir algo ni remotamente parecido a lo que hoy entendemos por automóvil. Cómo no, Da Vinci también planteó un vehículo que se moviese solo, que por cierto fue construido y testado en 2004. Podríamos decir que Sir Isaac Newton ideó el primer vehículo de motor a reacción allá por el siglo XVII, aunque todo el mundo conoce como el inventor del automóvil a Henry Ford.
No nos adelantemos, ya que existen muchas más ideas anteriores a lo que conocemos por "primer coche", nacido en plena Revolución Industrial.
Nicholas Joseph Cugnot propuso otro modelo a vapor que tampoco resultó ser demasiado práctico, expuesto hoy en el Museo Nacional de la Técnica de París (siglo XVIII). Sin embargo quien logró algo de éxito con el modelo a vapor fue Gualterio Hancock, ya en el siglo XIX. Pero los modelos a vapor planteaban muchos problemas, y con el tiempo surgieron los vehículos con motores de combustión interna. Fue Siegfried Marcus quien construyó el primer motor de este tipo.

Benz & Company fue la primera compañía en construir motores de 4 tiempos, y a partir de este punto comienza la revolución automovilística. Y a partir de aquí, Henry Ford, construyendo su primer coche en 1893, y secundándole Renault, Opel y Fiat.
Se supone que la historia del automóvil comienza con la revolución industrial, y de hecho es la historia que todos conocemos. No obstante, no hace falta indagar mucho para llegar a conocer todos estos aspectos que he mencionado hasta este punto. Omitiré pues, la archiconocida historia desde Ford a nuestros días...
PRESENTE
Hoy día los coches están en pleno apogeo evolutivo. En la última década, hemos ganado en seguridad y confort. La máquina hace gran parte del trabajo. Nos hemos acomodado a esta situación hasta tal punto que pocos conciben la compra de un vehículo nuevo sin dirección asistida, elevalunas eléctricos, abs, airbag, cierre centralizado, aire acondicionado, radio-cd (mejor si es adaptador de mp3...); por no hablar de la velocidad de crucero, el sensor de luz y el de lluvia. Todavía podemos hacerlo más cómodo: navegador GPS para ahorrarnos el copiloto con el mapa.

Algunas marcas se están planteando con más seriedad el tema de la contaminación, traducida en emisiones de CO2, y trabajan a fondo en reducir en la medida de lo posible el volumen de dichas emisiones. No hace mucho que salieron los primeros modelos de coches con motores híbridos, es decir, que combinan el combustible petrolífero con mecanismos eléctricos, lo que ayuda, además, a reducir considerablemente el consumo.
FUTURO
Los combustibles ecológicos basados en cereales hoy día comienzan a tenerse más en cuenta. Sin embargo, como todas las buenas ideas se acaban corrompiendo, esto se está traduciendo ya hoy en el incremento del coste de la materia prima, hasta el punto de que el arroz se está encareciendo de manera excesiva, repercutiendo negativamente en la economía de ciertos países a los que, simplemente el consumo de estos productos para la alimentacion, les está resultando bastante complicado.
No sabemos lo que nos espera en el terreno automovilístico, pero sobre todo las películas futuristas nos aportan conceptos revolucionarios en los que los prototipos se moverán mediante pilotos automáticos, totalmente eléctricos, sin uso de combustible y con capacidad de desplazamiento vertical a lo largo de raíles específicamente diseñados para tal fin (por ejemplo en Minority Report).

Aparte de la ficción, el visionario Pinifarina (sólo por poner un ejemplo) le ha estado dando vueltas a la idea de los coches "comunicantes", que podría acabar con los semáforos, puesto que la idea consiste en un sistema que regularía el tráfico en función del volumen de automóviles que estén en ese momento en el asfalto, y la dirección que estos sigan.
¿Qué sucederá realmente? ¿Ecologizaremos el uso de nuestros medios de transporte? ¿Conseguiremos aliviar el tráfico de alguna manera? ¿Y la gestión de los aparcamientos? ¿Tendremos, como algunos predicen, el coche aparcado en nuestra terraza del piso 52?
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